Sí. La culpa de la situación actual del Barça no es tanto de un mal gestor que alcanzó la presidencia, como de aquel que le aplaudió el desmán refrendándole como presidente.

En el verano del año 2000, Florentino Pérez se presenta a la presidencia del Real Madrid y sale elegido. Su contrincante era el hasta entonces presidente Lorenzo Sanz. Con Lorenzo Sanz, el Madrid había recuperado el trono europeo. Había ganado, dos años antes, la famosa Séptima, tras 32 años de sequía. Hasta Lorenzo Sanz, las Copas de Europa del Madrid eran en blanco y negro. Pero con él llegaron la Séptima y la Octava. Lorenzo Sanz trajo a jugadores como el portero Bodo Illgner, los laterales Christian Panucci y Roberto Carlos (el mejor lateral de todos los tiempos), el centrocampista Clarence Seedorf, o los delanteros Predrag Mijatović, Davor Šuker, Fernando Morientes…

Es verdad que con él también hubo fichajes muy malos. Pero entre los aciertos, los jugadores que ya había en plantilla y la aparición de Raúl y otros canteranos, con Lorenzo Sanz el Madrid recuperó su preeminencia en Europa. Recuperó su gran amor perdido. Algo que ni siquiera la Quinta del Buitre había logrado.

Las mismas elecciones del año 2000, se celebran poco después de que el Madrid haya levantado la Octava, siendo a la sazón el vigente campeón de Europa…

Pues resulta que Lorenzo Sanz perdió aquellas elecciones, porque el socio madridista no estaba contento con la gestión económica del club. Entre esa mala gestión y la promesa del fichaje de Luis Figo, el madridista votó a Florentino Pérez.

Con Pérez ha habido rachas malas y buenas en lo deportivo. Pero siempre ha habido una buena salud económica. Eso ha hecho que el madridista medio siempre le haya votado.

Todo lo contrario ocurrió en el caso de Josep María Bartomeu. Podemos caer en la trampa de pensar que al soci culé le tenían engañado. Pero no es del todo cierto. Si el soci vivía engañado era porque, víctima de los cuentos y leyendas que los propios culés se montan con respecto a sí mismos (con gente como Joan Laporta, Pep Guardiola o Xavi Hernández, como destacados cuentacuentos), no había aceptado la realidad que se le revelaba ante los ojos.

Bartomeu era parte de la junta directiva de Sandro Rosell. Hay una foto de ambos, y de Toni Freixa, firmando el fichaje de Neymar. Y el tema de Neymar es clave en todo este asunto. La situación actual del Barça comenzó a forjarse alrededor de aquel fichaje.

Neymar era un jugador brillante pero muy joven, que no había jugado fuera de Brasil. Todos los clubes europeos tenían los ojos puestos en él. Y fue el Barça quien se lo llevó.

Desde el primer momento había algo que olía raro en todo aquello. Neymar Júnior, el jugador, y papá Neymar, el representante, ya habían convertido al futbolista en una máquina de hacer dinero, sin haber cruzado el charco. Los derechos de imagen estaban troceados y repartidos entre un buen número de empresas. Para acometer su traspaso había que pagar a un montón de entidades…

Cuando Florentino Pérez preguntó por el chico, los precios que le dieron le hicieron calcular que el fichaje le iba a costar unos 150 millones de euros. Algo inimaginable para aquel momento y para aquel jugador que prometía mucho, pero que todavía lo tenía todo por demostrar. El fichaje más caro de la historia, en aquellos momentos, era el de CR7, que había aterrizado en Madrid por 90 millones, con un Balón de Oro, una Champions y varios títulos de la Premier bajo el brazo. Además de tener una edad, 24 años, que auguraba que lo mejor de Cristiano Ronaldo aún estaba por venir (como así fue).

Sin embargo, la voracidad económica de los Neymar llevaba a que Ney hijo pudiera costar 150 kilos siendo todavía poco más que una promesa.

El Barça lo fichó y dijo que el chaval había costado 57 kilos, prácticamente un tercio. Algo había raro. Alguien mentía, pero nadie se molestó en saber quién era, ni en qué consistía la farsa…. Nadie, menos un soci culé, un señor anónimo, que quiso buscar la verdad, indagar en las cuentas y descubrir la verdad de lo que ocurría en su, digámoslo claro, amado club.

Si el soci medio hubiera sido como aquel señor, la situación económica del Barça sería ahora mismo similar a la del Madrid, pero a aquel señor le vilipendiaron y le trataron como un traidor por tirar de la alfombra.

Aquel soci llevó a la junta directiva ante los jueces, al ver que se estaban falseando las cuentas. Cuando Rosell fue llamado a declarar, dimitió como presidente del Barça y el cargo recayó en don Josep María Bartomeu, su mano derecha, algo que ya debería ser motivo de desconfianza.

El señor Bartomeu empezó su mandato retratándose a sí mismo una y otra vez, diciendo y haciendo cosas incoherentes, que demostraban, lejos de lo que él quería, que efectivamente las cuentas del Barça estaban siendo falseadas y que aquella junta era un peligro para la institución blaugrana.

Contemos lo que ocurrió entonces: Bartomeu, el primer día de su mandato, en rueda de prensa, trata de mostrar que la prensa “cavernaria” miente (así adoctrinó Pep Guardiola a los suyos: toda la prensa que no fuera a su favor, era “la caverna mediática españolista/madridista”), y saca un documento en el que detalla todos los conceptos del fichaje de Neymar. Ya en ese documento mostrado por Bartomeu hay una serie de despropósitos. El documento es el que se adjunta y que fue publicado por todos los medios. Sólo había que mirarlo para ver una serie de mentiras que vamos a enumerar:

  1. Según las sumas totales del documento, el fichaje de Neymar habría costado 86,2 millones, pero la prensa (la “caverna”) lo elevaba a 95,1. Como si la polémica hubiera estado en ese margen del 10% de diferencia. Ese era un invento absoluto del propio Bartomeu o sus asesores, cuya única posible finalidad era desviar la atención de los propios números revelados en el documento. La columna de la derecha “Informacions Publicades”, no aporta nada y está ahí sólo para confundir.
  2. El propio documento ya reconocía que el precio total del fichaje de Neymar no eran los 57 millones que el Barça llevaba meses declarando en público, sino casi 30 más (los 86,2 antes mencionados).
  3. En el mismo documento, entre los conceptos entre los que desgranaba el precio del fichaje, se incluía el salario acordado con los Neymar para los siguientes años, unos 44 millones. Pero ese salario no estaba sumado. El resto de los conceptos sí se sumaban al montante total. El salario aparecía como un elemento más, e incluso se sumaba en un subtotal bajo el epígrafe de “salario total”, en el que se incluían los bonus del fichaje que, a diferencia del propio salario, sí que estaban sumados al montante total. Todo un enredo, bastante descarado, para engañar al lector.
  4. Al día siguiente de mostrar este documento, Bartomeu declara, en un canal de televisión, que Neymar había costado 50 millones en fichaje y otros 50 en salario. Tiempo más tarde, Josemari se atrevería, incluso, a decir que el fichaje de Neymar eran sólo 17 millones.

Las pruebas de que Bartomeu mentía y de que detrás de sus mentiras había un pufo económico, eran evidentes. No hacía falta ninguna fuente periodística más que el propio Bartomeu, desdiciéndose a sí mismo cada dos por tres.

Luego, además, estarían las multas que le pondría Hacienda al Barça por todo aquello, que vendrían a confirmar que el club había pagado cantidades no declaradas. Es decir, que había fraude fiscal.

Todo un despropósito, en el que Bartomeu se retrataba como presidente, un pirómano ejerciendo de guardabosques, y que fue silenciado con aquello de Franco, la caverna y toda la mitología culé… Junto con que esa misma temporada los Messi, Neymar y Suárez ganan el triplete.

Victoria deportiva y un relato victimista sirvieron para que el soci mirara para otro lado y reeligiera aquel mismo verano al presidente que, como no podía ser de otra forma, ha llevado al club a la ruina. Mientras, aquel culé que destapó toda la podredumbre de la junta de Rosell y Bartomeu, fue vilipendiado por la familia blaugrana.

Ahora, cuando todo ha estallado por los aires y ya no hay cortina que humo lo suficientemente densa como para invisibilizar el agujero que ha quedado, el soci, sumido en el relato nacionalvictimista, mira a Bartomeu como a un traidor que les trajo la ruina. No señores, Bartomeu siempre fue lo mismo y se le veía venir de lejos. Pero ustedes no quisieron verlo, no les dio la gana y acusaron de manipuladores y franquistas y no sé cuántas cosas más a todos los que os advirtieron de la deriva que había tomado la institución a la que decís amar.

Al madridista no le bastó con un presidente que ganara títulos, pero que gestionara mal económicamente al club, no votó a Lorenzo Sanz, sino a su contrincante. En cambio, al culé sólo le importó que llegaran los títulos, aunque fuera a costa de un despropósito económico sin parangón y que era visible a todas luces. Hoy el Madrid puede intentar (ya veremos si lo consigue) fichar a los que se presumen como los dos mejores jugadores de la próxima década (Mbappe y Haaland), mientras que el Barça bastante tiene con no desaparecer.

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