Dejando de lado la más que previsible goleada del Bayern y la imagen de impotencia de los jugadores blaugrana en los últimos encuentos, el Barça se encuentra ante un verdadero problema, no sólo por la situación económica, que ya la conocen todos, sino porque ha pasado de tener mucho gol a quedarse sin él, en un plazo de dos años. Datos de la temporada 2019-20:

  • Suárez 21 goles – 16 en Liga
  • Griezmann 15 goles – 9 en Liga
  • Messi 31 goles – 25 en Liga

Total entre el trío atacante: 67 goles – 50 en Liga.

Un dato que no tiene nada que ver: Las hermanas Williams son dos tenistas maravillosas, mientras que los hermanos Williams juegan al fútbol en el Athletic de Bilbao. ¡¡Qué familia!!

Ahora en serio, volviendo a los datos: Entre Suárez, Griezmann y Messi, hicieron 67 goles en la temporada 2019-20 para el Barça, 50 de ellos en Liga. Fueron los principales goleadores del equipo (hicieron en torno al 60% de los goles ligueros) y, además, repartieron un buen puñado de asistencias: Sólo Messi dio 25. En otras palabras: los goles en los que no participó ninguno de ellos fueron muy, muy pocos.

Hoy, ninguno de los tres viste de blaugrana. Y no se han ido por una renovación de la plantilla, sino porque no hay dinero para pagarles el sueldo. Literalmente, el club los ha dejado marchar para ahorrarse sus fichas. A los tres.

Evidentemente, este Barcelona va a tener problemas para marcar goles porque ni Braithwaite, ni Luuk de Jong, ni Agüero, ni Depay van a cubrir ese vacío. Los dos primeros porque no tienen el nivel que se exige a los que visten la casaca culé, el tercero porque ya dejó sus mejores años atrás y Depay, que es a día de hoy el mejor de los cuatro, porque no va a hacer los goles que le corresponden a él y los que les corresponden a los demás.

Aún así, estos cuatro jugadores cubrirán parte del vacío que dejan los que ya no están. Calculo que, entre unas cosas y otras, el Barça perderá unos 30 goles entre todas las competiciones, de los cuales la mitad, por lo menos, corresponderán al campeonato liguero.

Eso puede dejarle al equipo con una capacidad realizadora semejante a la que ha tenido el Real Madrid de Zidane estas dos últimas temporadas: bastante escasa. Con una diferencia, el Madrid de Zidane era un equipo sólido atrás (lo cual le hizo ganar una liga y aspirar a otra) y el Barça no parece poder serlo.

En primer lugar, por la obsesión con el cruyffismo que hay en la Ciudad Condal. No quieren un equipo sólido atrás, sino uno que ataque y ataque… aun dejando huecos a su espalda. Y van a seguir tirando hacia adelante, aunque no puedan permitírselo.

En segundo lugar, porque los defensas del Madrid tenían, nombre por nombre, mucho más nivel que el que tienen los blaugranas. Ramos y Varane hace un año seguían siendo una de las mejores parejas de centrales del mundo, sino la mejor. Militao explotó el año pasado en el último tramo de la temporada, rindiendo como se esperaba de él cuando le ficharon y Nacho también estuvo a un altísimo nivel…

En el Barça, el mejor central es Piqué, que nunca ha tenido la altura futbolística de Ramos o Varane, aun siendo un grandísimo central. Pero se trata de un Piqué lejos de su mejor momento, que ya el año pasado tuvo una lesión de la que yo afirmé que era una suerte de jubilación anticipada. Y lo sigo pensando: La lesión fue a finales de noviembre, volvió a mediados de febrero y a principios de marzo se había vuelto a lesionar. Se recuperó a tiempo para jugar los últimos encuentros de la temporada, pero acabamos de empezar la siguiente y ya se ha perdido varios partidos por lesión. Pero más allá de las lesiones Piqué tiene 34 años y nunca fue un jugador veloz, todo lo contrario. A esta edad y habiendo tenido varias lesiones en menos de un año, un jugador ya de por sí lento, me parece imposible que consiga rendir al nivel físico necesario para rendir como se exige en el Barça. En partidos como el del Cádiz o el Granada puede destacar, porque quien tuvo retuvo. Pero en partidos contra equipos con cierto empaque ofensivo, creo que se verá superado. De hecho, ya le ha pasado en las últimas temporadas.

Luego, lo que viene detrás es para mear y no echar gota. Y aquí no hablo sólo de los centrales, sino que incluyo a los laterales. Por edad y talento, alguno, como Dest, o Araujo, puede llegar a ser un gran jugador. Pero la mayoría parece que sencillamente no tienen el nivel suficiente.

Por otro lado, Ter Stegen parece que ha perdido parte de su estrella en las últimas temporadas y su porcentaje de paradas por tiro recibido el año pasado fue bastante pobre. Aunque quizás se deba a que, cuando le llegan, lo hacen en situaciones más claras.

Caso aparte es la situación de Jordi Alba que, más allá de sus 32 años (y no digo que esté demasiado viejo, sino que no es un jugador de futuro), siempre fue un lateral que destacaba más por su carácter ofensivo, que por el defensivo. Su problema es que este año ha perdido a su mejor socio en ataque, que era Messi. Tantos partidos que resolvió el Barça mediante un pase de Messi a la llegada de Alba desde atrás… eso se perdió y Alba, posiblemente, será menos determinante en ataque. Y eso si le respetan las lesiones, que ya veremos.

Otra línea que está en crisis es la del medio campo. En el mediocentro, no parece haber nadie que pueda darle un relevo de garantías a Busquets, que es otro al que se le notan los años en las piernas. Frenkie De Jong, el De Jong bueno del Barça, es la única realidad positiva en una línea que en su momento fue la joya de la corona del equipo. Porque, seamos serios, lo de Pedri está por ver. Y el resto de alternativas… en fin…

Así que este Barça está peor que el año pasado, año en que quedaron en 3ros en Liga.

Pero por si fueran pocos los problemas, no ha habido cambio de entrenador, así que los métodos y las tácticas serán los mismos. Y si métodos y tácticas son iguales, pero la plantilla es peor, cabe esperar un peor resultado.

A todo esto hay que añadir que Koeman no parece en sintonía con el club, personificado en Laporta. Desde que Joan tomó las riendas, da la sensación de que quiere quitarse de encima al holandés, pero que sea el propio Ronald el que dimita, para no tener que pagarle los 13 millones que le restan por cobrar. Y en las últimas semanas, tras las marchas de Messi y Griezmann, parece ser que el mismo Koeman quiere irse, pero cobrando los millones, claro. Así que ahora están saliendo declaraciones suyas o de su entorno, atacando a Laporta. Una provocación que en un club con las cuentas saneadas se resolvería con despido y pago del finiquito. Pero el Barça no es un club con las cuentas saneadas, así este tira y afloja puede durar toda la temporada. Y, mientras dura, el ambiente en el vestuario puede enrarecerse cada vez más.

Los culés, entretanto, intentan mantener la esperanza afirmando que cuando Dembelé y Ansu Fati vuelvan al terreno de juego, el equipo notará una gran mejoría. Habrá que verlo. Yo tengo mis dudas.

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