Un criterio que trato de imponerme desde hace muchos años es el de no sacar conclusiones precipitadas al inicio de las temporadas. Para objetivarlo, fijé la jornada 10 de Liga como el punto de inflexión. Antes de esa jornada, salvo evidencias mayúsculas, prefiero no sacar conclusiones. Porque la experiencia me enseña que lo que se dice en los primeros partidos de la temporada termina en agua de borrajas antes de Navidad.
¿Y por qué la jornada 10? No te voy a engañar, el primer motivo para señalar esa jornada es que se trata de un número redondo. No es algo muy científico que digamos, pero, cuando lo pensé, lo pensé así y decir otra cosa sería mentir. No obstante, razonándolo, me di cuenta de que era un buen número por otro motivo: En Liga hay 38 jornadas, porque cada equipo se enfrenta a 19 rivales dos veces. Entiendo que empezar a hablar de la trayectoria de los equipos cuando ya te has enfrentado a todos, en la propia jornada 19, es muy tarde, dado que las tendencias de unos y otros ya son evidentes. No hace falta hablarlas. Todos han jugado con todos y salta a la vista quién va mal y quien va bien. Es tirar a tablero.
Pero hablar de cómo está cada equipo tras cuatro o cinco jornadas resulta precipitado. Hay demasiados condicionantes: Quedan muchísimos partidos y demasiadas situaciones por acontecer; cada equipo ha afrontado la pretemporada de una forma y viene en un estado físico distinto, con unos que ya están llegando a su pico de forma y con otros que todavía tienen las piernas pesadas; hay equipos que han hecho más fichajes, o fichajes que necesitan más tiempo de adaptación, y otros que vienen funcionando con los automatismos del año pasado; etc., etc.. Y luego está ese elemento llamado “azar” o “suerte”, que, según el cálculo de probabilidades, condiciona más cuantos menos partidos se hayan jugado. Porque a principio de temporada no sabemos a ciencia cierta qué equipos son los más fuertes y cuáles los más débiles. Por ejemplo, en la jornada 4, la última que hemos disputado, el Valladolid ha jugado ya contra Real Madrid y Barcelona. Ambos partidos fuera. Y ha encajado un global de 10 – 0 entre ambos. Esto nos puede dar una idea equivocada de cuál es el potencial de los de Pucela. Porque el 50% de los partidos que han disputado hasta la fecha han sido contra los dos teóricos mejores equipos del campeonato. Y esto, unido a ciertos errores propios y aciertos rivales, ha resultado en una estadística de goles nefasta. No sabemos si el 7 – 0 del Barça es un indicador de que los culés este año van a hacer un temporadón y los vallisoletanos van a penar por Primera… O si se juntaron una serie de circunstancias puntuales cuyo resultado no refleja el día a día de cada uno. Pero el caso es que es 7 – 0 pesa mucho en la estadística cuando llevamos tan poco jugado. Y si añadimos que el Madrid les metió otros tres, pues ya tenemos un menos diez en goles que distorsionan la realidad de un Valladolid que, en lo positivo tiene el que de aquí a la segunda vuelta ya está libre de enfrentarse a los dos principales candidatos al título.
Por todo lo dicho, sacar conclusiones en las primeras jornadas es absurdo. Hay idiotas que porque Mbappé ha estado tres partidos sin marcar ya consideraban que su fichaje sería un fracaso… Veremos quién es el Pichichi a final de temporada.
Pero nada de esto responde a por qué en la jornada 10, y no otra, ya sí se podrían sacar algunas conclusiones. La respuesta es que, además de ser un número redondo, la jornada 10 es el momento en el que todos se han enfrentado ya a más de la mitad de los equipos a los que se tienen que enfrentar (19). Por tanto, es el momento en el que ya podemos adivinar tendencias. Además, tras las primeras diez fechas ligueras, también ha comenzado la Champions, lo que nos da más elementos de juicio.
Escribo todo esto porque el Madrid ha empatado 2 partidos en este inicio y muchos ya estaban histéricos: que si los de delante no se entienden, que si esto va a ser un desastre, etc., etc.. Y se ha hablado más de Kroos en dos semanas que en toda la temporada anterior. Aunque esto es algo que ya sabíamos que pasaría (Kroos hará su mejor temporada, precisamente porque no está).
También se está hablando del gran juego del Barça y la mano de Flick, del nivelazo de Rapinha, de que Dani Olmo es un crack mundial y bla, bla, bla… Y yo no digo que estas cosas no lleguen a ser ciertas, pero… El año pasado, a estas alturas, la Xavineta iba a arrasar e iba a ser el año de Joao Felix. Incluso había personajes ilustres que decían que el Barça tenía mejor plantilla que el Madrid. Este año no se atreven a hacerlo de momento, pero ya se les calentará la boca a poco que ganen dos partidos más.
Ninguna de estas conclusiones tiene bases sólidas. Lo único que se sabemos a ciencia cierta es lo que ha ocurrido en el pasado y de ahí podemos afirmar que Mbappé es un jugadorazo como la copa de un pino y lo normal es que se infle a marcar goles. Que Vinicius ha sido el mejor jugador del mundo el año pasado y, por tanto, que puede mirar a los ojos al francés. Que Rodrygo es, hasta ahora, un jugador irregular, pero capaz de hacer cualquier cosa cuando está inspirado. Que Bellingham es un todocampista impresionante. Que Camavinga es una bestia parda en lo físico y un jugón con el balón en los pies. Que Guler y Endrick son dos talentos impresionantes…. Y que Ancelotti, al final, suele terminar levantando títulos.
En cuanto al resto, esperemos a la jornada 10. Entonces empezaremos a hablar.