Día sí día también, algún personaje del Barça sale a la palestra a protestar por los árbitros. Lo más vergonzoso de esta situación es que se protestan decisiones arbitrales acertadas, y la mayoría ni siquiera ofrecen dudas.
¿Por qué protestar por arbitrajes claramente acertados? ¿Qué sentido tiene? Para empezar, fijémonos en los pequeños detalles: No se están reclamando errores en los propios partidos del Barça. Sólo se protesta por jugadas que ocurren en los partidos del Madrid.
Si los árbitros tanto quisieran beneficiar al Madrid, ¿no deberían pitar alguna vez en contra del Barça?
Parece más bien que se trata de una estrategia para desviar la atención. No se habla del fútbol del Barça, porque su juego es lamentable a pesar de todo lo que se dijo del cruyffismo unos meses atrás.
Si observamos detenidamente quiénes están protestando, nos daremos cuenta de que hay jugadores como Messi o Busquets que en otros momentos de su vida sí que se quejaron de lo que consideraban errores en su contra, pero que hoy guardan silencio.
Uno de los que se queja es Piqué. Pero sabemos que Piqué polemiza siempre que puede. Protesta cuando el Barça pierde, se ríe de los rivales cuando el Barça gana, o sale en la tele a decir que él tiene más dinero que el Espanyol… A Piqué le gusta salir en la prensa por cuestiones extradeportivas. Tiene muchos negocios fuera del fútbol, y además su mujer es una cantante famosa. ¿Qué significa esto? Significa que a Piqué le conviene, y mucho, estar saliendo en la prensa de forma constante. Para que el gran público no se olvide de él y de su mujer, y para que sus negocios tengan visibilidad: para que sus socios o posibles clientes se acuerden de él, etc.. La estrategia es antigua: se trata de aquello de que hablen de mí, aunque sea mal, pero que hablen. Y dentro de esa estrategia que no es nueva en Pique, podemos enmarcar sus comentarios hacia los árbitros.
Otro de los que se queja es el entrenador, Setién. A Setién no le hace caso el vestuario, el cargo le vino demasiado grande desde el principio y es un tipo que ya en otros equipos de menor categoría que el Barça solía quejarse de los árbitros o de la forma de jugar de los rivales. Nunca se mordió la lengua en ese sentido. Además, se trata de una persona que está fuera de lugar y cuyo sueño de triunfar en el Barça cada vez se aleja más. Hace unos meses se sentía en la cima del mundo, pero ahora ve que el sueño se le acaba sin llegar a cumplirse. La sensación de que en un mes dejará de ser entrenador culé la tenemos todos y el camino que lleva es el de despedirse sin haber logrado un solo título. Presionado, descolocado, sobrepasado, decepcionado, Setién lanza dardos a su alrededor. Ha criticado a propios y extraños. Cuando regrese a su hogar en Cantabria puede que se sienta fracasado, pero probablemente con el paso de los días se alegrará de haber dejado atrás todo el caos que son el Barça actual y su entorno. Y puede que en algún momento vuelva a entrenar a algún equipo de menor categoría. Entonces será más feliz de lo que pueda serlo ahora.
Los otros que han salido a quejarse son los directivos culés. Empezando por el presidente Bartomeu.
Recordemos que Bartomeu llegó a lo más alto del club tras la dimisión de Rosell por el caso Neymar. A pesar de que el propio Bartomeu era uno de los principales implicados. Desde el primer momento, se ha movido entre el populismo y el desmán económico. Ha puesto el club al borde de la quiebra y ha dejado que se echara a perder una gran plantilla. Los últimos fichajes de relumbrón con él a los mandos son Ter Stegen y Luís Suárez, con Zubizarreta como director deportivo. Zubi fue expulsado del club porque el Madrid de Ancelotti estaba ganando títulos y partidos, y el Barça de Luis Enrique no terminaba de carburar. Se necesitaba una cabeza de turco, y se la cortaron a Zubizarreta.
En la actualidad los problemas son mucho mayores que entonces. Y Bartomeu ya le ha cortado la cabeza a Valverde. De cara al futuro próximo las cosas pintan muy negras. No puede hacer fichajes por falta de dinero, Messi está cada vez más viejo (recorre poco más de 7 kilómetros por partido) y mete cada día menos goles. A Luís Suárez, a Piqué y a Busquets también se les notan los años. La cantera no produce el suficiente talento como para repoblar a la primera plantilla. Plantilla que además es muy corta por la mala gestión de su presidente. Esto implica que se pueden vender muy pocos jugadores. Y dada la crisis producida a la sazón del Covid 19, los clubes europeos no harán grandes desembolsos. Así que pocos jugadores vendibles y a precios bajos…
En resumen: un presidente, y su junta directiva completamente acorralados, sin una salida visible, cuya única opción es ocultar el desastre al que ha llevado al club, en lo económico y en lo deportivo, criticando a los árbitros y apuntando a una conspiración de tintes políticos, ya que tras la destitución de Valverde, ni siquiera tiene cabezas de turco que cortar.
En resumen, un conjunto de intereses personales e institucionales, confluyen con que tiene la pinta de que el equipo este año se quedará en blanco, y de que se aproxima una larga travesía por el desierto. Así que sólo les queda presionar con todo para ver si tienen alguna posibilidad de ganar la Liga y aliviar aunque sea un poquito la realidad presente.
Esa es la situación del Barça y el verdadero motivo por el cual unos y otros hablan de los árbitros.