Todo empezó como un chisme del Kun Agüero en el show de la Kings League. Le preguntaron que si él veía opciones de que Messi volviera al Barça y al Kun se le ocurrió decir que, si Laporta se lo pedía, podría ser. Lo dijo como una opinión, en un show de dos horas, en directo, en el que se dijeron muchas cosas, unas en serio, otras en broma y otras dichas por decir. Pero a partir de entonces, la bola de nieve comenzó a rodar ladera abajo.

Al poco tiempo, el Camp Nou coreaba el nombre de Messi durante el clásico copero, en una fantasía colectiva a la que seguía la cruda realidad de ver a Benzema y Vinicius destrozando la portería de Ter Stegen de forma reiterada y cruel.

En la prensa empezaron a salir artículos de dimes y diretes, sin información real, de qué pasaría si volviera Messi o de qué tendría que pasar para que volviera Messi…

La realidad es que el argentino, a las puertas de su último Balón de Oro (y digo “último” porque la broma de seguir nombrando mejor jugador del mundo a un jugador prejubilado me parece que ya se ha alargado demasiado), no irá al Barça. O, al menos, no hay nada que haga pensar en su posible regreso. Y nada es nada, si tenemos en cuenta que Las crónicas de Narnia son cuentos de fantasía y en la fantasía se quedan.

En primer lugar, Messi sabe que está en la recta final de su carrera y él y su papá siempre han tratado de llevarse la mayor cantidad de dinero posible allí donde estaban (como demuestran los más de 500 millones que le costaron al Barça sus últimos 4 años). Así que es lógico pensar que el horizonte de Messi lo marcarán los billetes.

En segundo lugar, el jeque de Qatar, que casualmente es el dueño del PSG, equipo en el que juega Messi cobrando un pastizal muy superior a lo que se paga en el mercado por el rendimiento que él ofrece actualmente, parece querer revivir la rivalidad más grande del fútbol jamás vista (Messi vs CR7) en su propia Kings League, o Jeque League, que es la liga de Qatar. Así que, muy probablemente, le pagará un pastizal al argentino, tan descomunal como el que le han pagado a CR7 por jugar allí. Y los jerifaltes del país se harán muchas fotos con los dos, que es algo que les encanta.

En tercer lugar, el Barça está hoy más arruinado que hace dos años, cuando dejó marchar a Messi porque no le podían pagar sin saltarse el Fairplay Financiero. ¿Recordamos cómo clamó la cainita afición blaugrana contra sus capitanes y sus mejores futbolistas por no bajarse el sueldo para retener al semidiós? Yo sí lo recuerdo. Pues bien, en la actualidad ya no está Piqué, pero están los antiguos Busquets, Alba y compañía, a los que hay que sumar Ferranes, Rapinhas y Lewandowskis a los que también hay que pagar el sueldo. De hecho, la masa salarial creció en vez de disminuir en estos dos años, con el añadido de que el Barça ha hecho el ridículo en la Champions, cayendo a la Europa League, en ambas ediciones, para hacer también el ridículo allí de forma consecutiva. Si antes de la marcha de Messi se había convertido en una tradición primaveral ver al Barça caer goleado en Champions, después de su marcha la costumbre está siendo ver su eliminación de la Europa League y no necesariamente llegando a primavera. Tal cosa, además de reducir los ingresos culés sustancialmente, también lanza el mensaje a Messi de que el proyecto deportivo es, actualmente, el peor que se recuerda en muchísimo tiempo.

En cuarto lugar, los ingresos del Barça la próxima temporada disminuirán con respecto a la actual debido a las obras en el Camp Nou, ya que van a tener que trasladarse a jugar a Montjuic, un estadio que no es el suyo y cuyo aforo máximo es en torno a la mitad del blaugrana.

En quinto lugar está todo el escándalo del negreirato y la red clientelar que creó el Barça para influir en los arbitrajes. Esto tiene muchas ramificaciones negativas, pero principalmente dos: la primera es la pérdida de imagen que sufre la marca, el desprestigio y la mala fama que no van a poder quitarse fácilmente, por muchos Jaimes Roures que les apoyen, muchos Jorges Ramos que les jaleen y muchos Julios Maldinis que les blanqueen. La segunda son las sanciones que les caerán si es que en el fútbol y su entorno todavía quedan organismos o partes de organismos que no estén plenamente corrompidos, no sólo en España, sino también a nivel de FIFA y UEFA. Tanto la pérdida de imagen como las sanciones tendrán consecuencias negativas a nivel de proyecto deportivo y a nivel económico. Esto en el contexto actual es la guinda que le faltaba al pastel.

En sexto lugar, visto todo lo anterior, la única posibilidad de que Messi volviera pasaría por apelar a sus sentimientos blaugranas. Que Messi y su familia amaran al club y quisieran echarle una mano. Y no sólo al club, sino también a su presidente. Y si miramos los antecedentes, tras la marcha de Messi, Laporta, con su habitual facilidad para apuñalar incluso a su madre si esto le ayuda a salvar su propio culo, lanzó dardos a Messi dando a entender que éste se fue por dinero. En realidad no mintió, pero retrató a Messi como un pesetero de cara al público y esto no gustó nada al argentino, que respondió también en público, diciendo que nadie le había pedido que se bajara el sueldo… Después habría algunas puyas más entre ambos, hasta la culminación del video del hermano de Messi asegurando que Leo no volvería nunca al Barça mientras Laporta fuera presidente. En el video, además, se aseguraba que el jugador argentino estaba por encima del club y que, si éste era un club grande, tal cosa se la debía al propio Leo. Si bien estas palabras no son del propio jugador, sí que dan a entender lo que se piensa en su entorno del tema. Y, normalmente, el entorno de un crack y el propio crack suelen opinar parecido.

En definitiva, si el dinero y el proyecto deportivo no pueden convencer a Messi de regresar, y no pueden, lo único que podría atraerle sería su amor al club y al presidente… Y resulta que ese amor no se ve por ningún lado, todo lo contrario, más bien parece que hay resentimiento.

No hay proyecto, no hay dinero, no hay prestigio y no hay amor. Conclusión: no viene. Llámenme loco.

La fantasía en la que vive parte de la afición blaugrana no debería ser alimentada por la prensa. No es serio y me parece que los culés ya deben estar pasándolo lo suficientemente mal habiendo descubierto que, tras décadas de acusaciones gratuitas contra el Madrid, quienes en realidad hacían trampas eran ellos, en el contexto de que tienen el club arruinado, de que ganarán la Liga de forma anómala (porque no tienen una plantilla decente ni practican un buen fútbol), de que ya no les quedan palancas, de que… como para encima darles falsas esperanzas con Messi, lo que aumentará su frustración en cuanto la realidad se imponga, que será en pocos meses.

PD. No voy a entrar a valorar si el fichaje de Messi sería bueno o malo, porque simplemente no va a ocurrir.

Deja una respuesta