Soccer Football - Champions League - Quarter Final - FC Barcelona v Bayern Munich - Estadio da Luz, Lisbon, Portugal - August 14, 2020 Barcelona's Lionel Messi looks dejected after the match, as play resumes behind closed doors following the outbreak of the coronavirus disease (COVID-19) REUTERS/Rafael Marchante/Pool

Antes que nada decir que mi propósito es hablar más del Madrid que del Barça, pero es que en los últimos tiempos el club culé es tal circo, que es imposible no hablar de ellos. Y como ahora mismo el Madrid es, por suerte, una balsa de aceite, tampoco hay mucho que contar de los blancos… Así que al lío, nunca mejor dicho.

En los últimos días se escucha con fuerza que Messi se va a ir del Barça. Parece ser que incluso ha comunicado su deseo de dejar el club. Ya comenté en su momento lo que yo pensaba del chantaje del “me voy, me voy…”. Pero lo de ahora suena con más fuerza, la posibilidad se vuelve real y el alboroto en los ámbitos culés lleva a que se estén diciendo burradas, cada cual mayor…

Antes de entrar en harina quiero hacerme eco del tuit de ese lamentable pseudoperiodista culé conocido como Juanma Castaño. Escocido porque su Dios le abandona, ahora le clava un puñal a Messi llamándole “desleal”, “cobarde” (“no ha tenido la valentía…”, “que sea valiente…”), “no es un líder”, “la tiranía de Messi…”

Otro periodista culé, como Julio Maldonado, Maldini (y este sí es periodista, aunque tenga el sesgo que tiene), habla de catástrofe “para el Barça, para Messi y para la Liga…”. No recuerdo que fuera una “catástrofe para la Liga” la marcha de Cristiano Ronaldo. Y no lo es tampoco la marcha de Messi. Por la Liga pasan muchos jugadores y hemos tenido la suerte de que los dos mejores jugadores de los últimos tiempos han dejado aquí lo mejor de su carrera. Que uno con 35 años esté en Italia y el otro con 33 esté haciendo las maletas… no es ninguna catástrofe.

Maldini y Castaño expresan muy bien lo que ha sido una parte importante de la prensa deportiva española en relación a Messi. Se tiran de los pelos porque un jugador de 33 años, en claro declive, se quiera ir… Porque ellos se habían acostumbrado a ganarse el sueldo (al menos en parte) saliendo a los medios a prácticamente sufrir un orgasmo por cada regate del argentino. Pero el argentino se va y ellos temen perder parte de su audiencia y la mayoría de sus orgasmos.

Uno, Castaño, demuestra su calado, poniendo a parir a Messi, mientras que para el otro el fútbol prácticamente ha muerto… En fin, el lamentable nivel del periodismo español (en este caso el periodismo deportivo).

Otras reacciones más ridículas aún son la de aquellos que dicen que Messi quiere darle una lección a la directiva, y que se marcha por amor al Barça, para obligar a la directiva a… ¿a qué exactamente? Si esta directiva sólo va a seguir unos meses en el cargo. ¿A qué obliga la marcha de Messi? “Es que con la marcha de Messi, Bartomeu se verá obligado a dimitir y así el que venga podrá empezar un proyecto nuevo…”, llegan a decir. Vamos a ver, que la temporada que viene empieza ya, y que el mercado de fichajes se cierra en poco más de un mes. Si Bartomeu dimite ahora, se tendrán que convocar elecciones y habrá un proceso electoral que llevará unos tiempos… Para cuando el nuevo presidente tome posesión del cargo, el mercado de fichajes estará cerrado y la temporada llevará ya unas cuantas jornadas en marcha… Así que el nuevo presidente tendrá que aguantar con la situación actual hasta que acabe la temporada, y empezar el tal nuevo proyecto el verano que viene.

Entre esa situación y esperar a que se acabe en unos meses el mandato de Bartomeu… ¿qué diferencia hay?

No señores, Messi no se va por amor al Barça. Si amase al Barça no trataría de irse gratis, e incluso aceptaría quedarse una temporada más ya que en esta, la situación de los distintos clubes (del propio Barça y de los posibles futuros compradores) es muy difícil por causa de la pandemia. Pero a Messi eso le da igual. El mira su reloj biológico y ve que le queda poca carrera y a día de hoy sigue lejos de haber sido el jugador más determinante de la historia de la Champions. Y en el Barça no tiene pinta de que vaya a tener muchas opciones en el futuro próximo.

Aquí parece necesario recordar a la gente que Messi no es famoso por ser una buena persona, no sale en las portadas de las publicaciones de medio mundo por su alma caritativa, ni cobra una millonada por luchar por la paz mundial… No. Nada de eso. Messi es famoso y cobra lo que cobra, por jugar al fútbol, marcar muchos goles y dar muchas asistencias.

Y no digo que Messi sea una mala persona. Lo que digo es que presuponer la santidad de Messi es desdibujar la realidad. Messi es Messi por marcar goles y desequilibrar partidos. Y punto. Y eso es lo que cuenta en el fútbol. El Balón de Oro se lo dan al que a juicio de los votantes ha sido mejor jugador, no mejor persona.

De este modo, ni tienen razón los Juanma Castaño de turno, tachando a Messi de traidor y mala persona… Ni tienen razón los que buscan unos motivos altruistas y sofisticados en la decisión de Messi.

Los primeros consideran que lo de Messi es una traición porque habían mitificado a Messi como persona y creían que vestía la camiseta del Barça gratis. Y ahora se dan cuenta de que Messi no es ningún santo, sino que cobra más que ningún otro jugador del planeta y que además de llenar el bolsillo de billetes quiere llenar su vitrina personal de títulos. Y entonces se sienten traicionados, y le ponen a parir. Si hubieran tratado a Messi como lo que es, un jugador de fútbol, no se habrían llevado ese disgusto.

Pero peor es el caso de los segundos, los que también santificaron a Leo y ahora buscan encajar el concepto de “San Lionel Messi” con el adiós del futbolista. Y así se inventan justificaciones peregrinas que terminan en un “se va porque ama el Barça”, que ya hemos comentado más arriba.

No señores. Todo es mucho más sencillo. Los jugadores de fútbol se mueven por dos impulsos fundamentales:

  1. Lo que podríamos llamar “la gloria”: títulos, fama, reconocimiento… Esto englobaría estar un club de fama mundial, luchar por la Champions, recibir el Balón o la Bota de Oro, u otros premios personales, salir en periódicos y revistas, etc..
  2. Lo que podríamos llamar “el dinero”: esto englobaría dos conceptos: el dinero y el dinero.

Esas son las motivaciones de los jugadores en el 99% de los individuos y en el 95% de sus decisiones.

Según las circunstancias de cada cual, el peso de la gloria puede ser mayor que el peso del dinero, o a la inversa, el peso del dinero mayor que el de la gloria. Lo ideal, para un jugador, es que ambas cosas vayan juntas, o al menos que no haya que sacrificar mucho de una para obtener más de la otra…

Un ejemplo sería Mbappe: en su momento, entre el Madrid y el PSG eligió un PSG que le pagaba mucho más de lo que ofrecía el Madrid por él, que además no le garantizaba la titularidad (en plena ebullición de la BBC). El Madrid ofrecía más gloria (pero no tanta, al tener que estar a la sombra de la BBC) y el PSG más dinero (bastante más dinero). A largo plazo, Mbappe (si las lesiones le respetan y mantiene la cabeza en su sitio) ganará gloria y dinero a raudales. Porque es muy bueno y cualquier club importante de Europa estaría dispuesto a pagarle un gran sueldo. Pero tiene que elegir qué va a pesar más en su carrera. Ganar un poco más de dinero u obtener un poco más de gloria. Actualmente ese es su dilema y por eso no renueva a pesar del gran aumento de sueldo que le ofrece su club. A largo plazo, el Madrid ofrece más opciones de ganar la Champions y Balones de Oro, aparte de que su repercusión mundial es mayor que la del PSG, etc… Por tanto, si desea la gloria que el Madrid le puede ofrecer, por encima del dinero que le pueden pagar en París, terminará fichando por los blancos, que es lo que a todos los madridistas nos gustaría.

Dejando esto claro, volvamos a Messi: Messi es el jugador mejor pagado del mundo. En los últimos años en el Barça lo tenía todo: el dinero y la gloria. Pero a medida que aumentaba su salario, decrecía su gloria: El Barça ha ido perdiendo juego temporada a temporada y aunque en Liga seguía dominando (ya no), despedirse de la Champions con una goleada en contra ha ido convirtiéndose en tradición. Y este año, sin ningún título y siendo la goleada anual en Champions, además de más abultada que de costumbre, el broche final de la temporada, el nivel de “gloria” obtenida ha sido cero.

El gran rival deportivo de Messi, Cristiano Ronaldo, ganó cinco Champions en su carrera (cuatro con el Madrid y una con el United) y es el máximo goleador del torneo. Y lo hizo, además, siendo la estrella del equipo en cada uno de esos campeonatos. Messi por su parte, ha ganado cuatro, siempre con el Barça, y la primera lo hizo más mirando desde el banquillo que jugando sobre el césped (en la final, por ejemplo, no jugó ni un minuto).

Messi quiere tener más Champions que nadie. Y especialmente más que su gran rival deportivo, CR7. Pero a sus 33 años tiene que ganar dos (o como mínimo una) y de seguir en el Barça sus opciones serían mínimas. Así que Messi está apretando el botón de eyección, mientras el avión culé cae en picado.

Messi no es una mala persona, cobarde y ruin por abandonar el Barça. Messi está haciendo lo que haría casi cualquier persona si estuviera en su situación. Y por ello, tampoco es un santo que ame al Barça.

Y respecto a lo de querer irse gratis:

  1. Que se quiera ir gratis es una forma de demostrar que no se va por amor al Barça. En caso de amar al Barça buscaría dejar algo de dinero en caja.
  2. Oviamente, si quiere que le sigan pagando 40 – 50 millones por temporada, su futuro equipo no puede desembolsar una millonada en su fichaje.

Por último, no quería dejar sin dar mi opinión sobre las consecuencias para el Barça de la marcha de Messi:

Messi se estaba convirtiendo en un problema y en un problema gordo. Ya hemos analizado cómo su rendimiento estaba cayendo en picado y no aportaba gran cosa en los momentos decisivos. A esto hay que sumarle la toxicidad que siempre conlleva cualquier vaca sagrada de cualquier club grande: son menos dúctiles a las órdenes del entrenador, tienen demasiado peso en el vestuario, etc..

Y luego está el apartado económico. El salario de Messi le sale al Barça por unos 80 – 100 millones anuales. A un Barça que está ahogado económicamente.

Con lo cual, como madridista que desea que al Barça le vaya mal, me incomoda la posible (todavía no es segura) marcha de Messi, ya que, aunque lo haga gratis, le aligera la masa salarial y además es el comienzo de la renovación que necesita la plantilla.

Me gustaba la idea de que Messi se quedara, porque me gustaría que el emponzoñamiento deportivo culé se alargue en el tiempo lo más posible. La marcha de Messi, en cambio, supone el principio de una posible renovación y aunque los culés no lo entiendan a día de hoy, es una buena noticia para ellos.

PD: Ya veremos a dónde se va Messi, si es que finalmente se va. Porque no es fácil que a día de hoy (con los estadios cerrados y con su edad) ningún club le pague lo que cobra en el Barça.

Deja una respuesta