Cuando Iñaki Angulo habla en sus vídeos del “síndrome Lucas Vázquez”, se refiere a que si el  canterano, que no es un mal jugador, se convierte en un jugador imprescindible en el equipo, es porque algo le falta al Madrid. Que Lucas Vázquez, viene a decir Iñaki, juegue de cuando en cuando, o tenga un rol importante dentro de las rotaciones del equipo, está bien. Pero que Lucas Vázquez sea titular indiscutible, ya juegue de extremo o de lateral, significa que falta un verdadero crack en esas posiciones, que le falta algo a la plantilla. Esa es su tesis y me parece acertada.

Cuando en estos días se ha hablado tanto de Morata, “Morata y diez más”, etc.. Cuando, tras un partido en el que no se le puede suspender a Álvaro porque ha marcado el único gol que lleva esta selección en la Eurocopa, el delantero nos ha ofrecido ante Polonia una auténtica “master class” de cómo fallar goles (mandar fuera un balón a portería vacía en el rechace de un penalti, enredarse con el balón en los pies dentro del área pequeña, estamparle la pelota en la cara a un portero que ya está en el suelo) … Cuando tras el partido se ha vuelto a hablar de si Morata falla, pero Morata lucha… Me he acordado del síndrome Lucas Vázquez y he pensado en que el problema de España no es Morata. Morata es el síndrome.

Gerard Moreno ha salido de titular y tampoco ha marcado. Ha fallado el penalti cuyo rechace ha mandado fuera Morata. Ha complementado al madrileño. En un segundo, los dos hombres-gol de la selección han fallado sendos remates clarísimos. ¿Casualidad? Me cuesta recordar algo así con Villa y Torres vestidos con la misma camiseta. Igual que con Raúl y Morientes… Tal vez pasó y mi memoria no lo recuerde… Pero aquellos jugadores eran mejores. Tanto los que he mencionado, como los que les acompañaban.

España nunca ha sido una selección con demasiado gol, no nos engañemos, pero sí ha contado con el suficiente como para ganar un Mundial y tres Eurocopas, que es su palmarés. Sin embargo, lo de esta selección…

Ante Suecia… Bueno, es una selección que de vez en cuando ha competido a gran nivel. En su día llegaron al cuadro de honor de un Mundial. Pero lo de Polonia… Perdóneme los polacos, pero más allá de Lewandowski y un portero que a cada fallo de los españoles gritaba intentando intimidar… Robert ha tenido que arremangarse, generar las ocasiones y rematarlas… y ha marcado un gol y poco más… Porque era imposible hacer más. Cada balón que le llegaba en el centro del campo, él lo mejoraba, poniendo en carrera a sus compañeros. Pero sus compañeros estropeaban los contragolpes como Vinicius en un mal día, para suerte de nuestros defensas. Muy, muy floja esa Polonia y, aun con todo, le ha privado de la victoria a nuestra selección.

Y el debate posterior es lo que falla Morata, que ha tenido varias y sólo ha aprovechado la primera, con lo que lo último que ha visto de él el aficionado es una ristra de fallos… Y lo último es lo que más se recuerda. Si la cosa ya venía calentita con lo de pitar o no pitar al hijo de Alfonso, este partido poco ha podido arreglar.

Pero el problema de España no es lo que falla Morata. El problema de España es el síndrome Morata: Si él es el delantero titular y, peor aún, si España es Morata-dependiente… Es porque en España el nivel es el que es.

Podemos hablar de que Iago Aspas es mejor, que lo es, que cualquiera de los delanteros que ha convocado Luis Enrique. Podemos hablar de algún otro descarte de esta selección… Pero seamos serios. ¿Qué jugador español puede compararse hoy al mejor Villa, al mejor Torres, al mejor Iniesta, al mejor Xavi, al mejor Xabi Alonso, al mejor Silva… o al mejor Sergio Ramos?

Si hasta Cañizares lamentaba el nivel actual de los porteros españoles. Y mira que en esto Cañete es de lo más políticamente correcto.

No hay un jugador que marque las diferencias en esta selección. Ninguno de estos podría competirle la titularidad a la generación de las dos Eurocopas y el Mundial. Ninguno. Y en algunas posiciones ni siquiera podrían competir con los suplentes (portería y centro del campo, especialmente).

De Pedri, por cierto, decir que no está haciendo nada del otro mundo. En el futuro será un crack, probablemente, ya veremos. Pero a día de hoy su titularidad responde a la ausencia de talento en el centro del campo, más que a otra cosa. Como en su club, por cierto. Con que hubiera un Cesc Fábregas o un Santi Cazorla, dudo que pudiera ser titular. Y, ojo, no hablo de los otros centrocampistas que todos recordamos. Hablo de Cesc y Cazorla.

En definitiva, que la gente se agarre al debate de Morata sí, Morata no y que el seleccionador haga una enconada defensa del chico y le ponga de titular indiscutible… No es el problema, es el síndrome. El síndrome de que no hay nada a lo que agarrarse. Porque esta selección necesita mucho más que un Iago Aspas para optar a estar entre las mejores de Europa y del mundo (que en el caso del fútbol de selecciones viene a ser Europa + Brasil). El síndrome de que esta selección o aspira a nada, a no ser que ocurra una auténtica carambola.

Deberían preguntarse Tebas y Rubiales qué ha pasado en el fútbol español, para que en sólo 10 años haya habido esta debacle. Porque si bien es verdad que las generaciones en el fútbol van y vienen… Tanta diferencia tampoco es normal. Del mismo modo que no es casual que un país pequeñito como Uruguay siempre tenga a algún gran crack mundial, o que Brasil sea una fábrica permanente de talento, o que Francia no haya dejado de ser una potencia mundial desde la generación de Zidane (cuando peor han estado siempre ha habido algún Ribery, como mínimo) o que Alemania siempre opte al título… Que en España se pase de una generación de grandísimos jugadores a no tener nada a lo que aferrarse… Pues es que algo ocurre.

Lo curioso es el sentimiento de ver a esta selección con el convencimiento de que no va a ganar nada. A veces siento como si prefiriera que ganara el rival. Y no, no es eso, es que simplemente no creo en este equipo. No espero que gane nada y al no esperar nada, casi es un alivio que marque el rival. Pero no porque lo desee, sino porque como no creo que ocurra otra cosa… Eso sí, incluso con lo que tiene, no pasar de la fase de grupos sería un fracaso. Porque entre que pueden pasar tres y que los rivales que le han tocado a España son flojitos, flojitos…

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