Aún falta la firma, aunque ya hay rumores de que será pronto. Pero, salvo que ocurra algo muy, pero que muy raro, Mbappé está fichado y para saber esto no hace falta ser el periodista más informado del mundo. Sólo hay que ir a las evidencias que todo el mundo conoce.

Para empezar, Mbappé es madridista desde niño. Ahí están las fotos de su habitación con posters del Real Madrid, ahí está el cómic que publicó hace unos meses sobre su vida, etc.. Mbappé sueña con jugar en el Madrid. Lo mismo que dicen de Haaland. Y esto puede llamar la atención de muchos antimadridistas: ¿por qué los jugadores jóvenes desean jugar en el Madrid? Es muy sencillo: 4 Champions en 5 años han generado, inevitablemente, la admiración de toda una generación de futbolistas, que es la generación de Haaland y Mbappé. La misma, por cierto, de Vinicius o Rodrygo.

Damos por muy recientes los éxitos europeos y pensamos que igual que las 4 Champions del Madrid, el Barça de Messi también debería ilusionar. Pero es un error, porque los grandes éxitos del Barça son ligeramente anteriores en el tiempo y además tienen dos características que también condicionan: La primera es que el dominio del Barça ha sido más nacional que internacional. La segunda es que las 4 Champions que han ganado con el astro argentino en sus filas se dispersan en un periodo de tiempo más largo, diez años. Todo esto afecta a lo que perciben las jóvenes estrellas de otros países.

Para empezar, tiene más influencia la Champions que la Liga, a la hora de despertar más admiración en los Mbappés y Haalands del mundo. En ese sentido, la influencia de la Liga es baja, al menos en el tiempo en que estos chavales son niños. Ya de adultos es posible que sigan más ligas que no son de su país. Pero lo normal es que un niño aficionado al fútbol siga la liga de su país, la Champions, el Mundial, etc.. Por lo tanto, la influencia de los triunfos nacionales del Barça tiene poco o nulo efecto en los chavales.

Para continuar, el efecto del tiempo es importantísimo. Los niños y adolescentes perciben el tiempo de manera distinta. Es tan sencillo como que para un adulto decir: “Conozco a esta persona desde hace 3 años…” es como decir que conoces a ese alguien desde hace relativamente poco tiempo. Mientras que para un niño de, pongamos, cinco años de edad, un amigo de hace 3 años es un amigo “de toda la vida”. Y esto no es un simple concepto, es una vivencia interior, una forma de percibir la realidad.

A esto hay que añadir que al inicio de la pubertad el cerebro sufre una serie de “reset” en el que se pierden muchas conexiones neuronales y se vuelven a generar. Algo así como el paso de los dientes de leche a los dientes de adulto. En torno a los 12 años el cerebro del niño empieza a tener capacidades semejantes a las de un adulto, pero le falta muchísima experiencia, no sólo a la hora de entender de geopolítica, sino a la hora de modular las propias emociones. Esto lleva a reacciones emocionales exageradas en el periodo de vida que llamamos adolescencia.

Mbappé tenía 7 años cuando el Barça de la “era Messi” ganó su primera Champions. Un recuerdo demasiado lejano y demasiado poco intenso. 9 años cuando ganó la segunda y 11 cuando ganó la tercera. Probablemente de estas dos, Kylian tenga más recuerdos que de la primera, pero aun así lo normal es que le siga quedando demasiado lejos, demasiado distante. La última fue en 2015, cuando Mbappé contaba con 16 años. Ahí sí, el chico probablemente vivía el fútbol internacional y especialmente la Champions con más intensidad. Pero ese Barça fue la excepción a un lustro triunfal del Madrid, inigualado en la Historia, más que por el propio Real Madrid, el de Di Stéfano. Con 15 años Mbappé vio ganar su primera Champions al Madrid de CR7. Con 17 la segunda. Con 18 la tercera. Con 19 la cuarta… El tiempo en el que Mbappé pasaba del fútbol de niños al fútbol de adultos, era el tiempo en el que el Madrid se paseaba por Europa con insultante superioridad.

Lo mismo se puede decir de Haaland, un poco más joven que el francés, y de los demás jugadores de edades similares. Han pasado de la infancia a la edad adulta viendo cómo el Madrid era el referente del fútbol mundial. Y eso ha creado el lógico deseo de estos chicos de querer formar parte, algún día, del club blanco. Porque, además, el club blanco tiene historia, más allá de esas últimas Champions. Saben que lo que han vivido no es una flor de un día. Es una constante histórica. Cada cierto tiempo el Madrid pone a Europa, y con ello al mundo del fútbol, bajo sus pies. Esta idea está en el imaginario de toda una generación de futbolistas. Y su deseo, lógicamente, pasa por ser los siguientes dominadores del fútbol mundial… Por eso pueden llegar a rechazar ofertas superiores en dinero a lo que les ofrece el Madrid, que no es poco (dicho sea de paso).

Con todo este contexto, volvamos al presente y repasemos los hechos públicos y notorios:

Mbappé acaba contrato en pocos meses. A pesar de que los rumores que haya habido esta temporada con las ofertas del PSG y las posibles renovaciones, lo evidente es que a mediados de Marzo el chico sigue sin renovar.

Siendo Mbappé el mejor del mundo en la actualidad, y quedando libre a finales de temporada, no hay el más mínimo rumor de que ningún club grande le quiera fichar, más allá del Real Madrid. Ni siquiera los panfletos culés o el vendehúmos Laporta se atreven a insinuar que Kylian pueda aterrizar en Barcelona. El silencio atronador a este respecto, a nivel mundial, indica que todo el mundo del fútbol está convencido del destino del jugador. El mejor del mundo y queda libre… sólo un convencimiento muy profundo de que no van a lograr nada, haría que los dueños del City, del Bayern, del Liverpool, etc.. no movieran ficha.

Los dueños del PSG han perdido los papeles y los nervios varias veces esta temporada con el Real Madrid. Han atacado al Madrid por activa y por pasiva. No han logrado renovar a su mejor jugador y al que debería ser el pilar de su proyecto de cara a la próxima década. Sin Mbappé y con los Neymar, Messi, Ramos… en un declive cada vez más patente, se les cae todo el proyecto. Y su impotencia la proyectan indisimuladamente sobre el Madrid.

El verano pasado, esto lo han reconocido todas las partes, el Madrid intentó fichar a Mbappé por 200 millones y el propio Kylian ha dicho que él quería irse al Madrid, pero que el PSG no aceptó la oferta…

Con toda esta información sobre la mesa, la única duda sobre el futuro del francés recaía en si el PSG era capaz de mostrar una superioridad tal sobre el Madrid, que Mbappé reconsiderara la opción de irse a un equipo que a día de hoy fuera claramente inferior al equipo para el que ya está jugando. Esa situación planeó sobre la eliminatoria durante 150 minutos. Pero entonces, Benzema (amigo y jugador admirado por Kylian) hizo notar su brazalete de capitán y su condición de jugador histórico del Madrid, provocando una pérdida de balón a Donnarumma que sería el inicio de su hat-trick y de una remontada que despejaba toda posible duda sobre quién es quién en la Champions.

Con el Madrid en cuartos y el PSG en casa, ya no hay nada que pueda hacer dudar a Mbappé. Se puede afirmar, pues, que, salvo hecatombe, Mbappé está fichado, a falta de resolver los flecos. Con la firma de Mbappé, el siguiente objetivo de la directiva madridista será Haaland.

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