Mucho se habla del tema de los jóvenes y de por qué no triunfan y de por qué se van… Y se mezclan las filias y las fobias y se dibuja un panorama irreal. Por eso quería separar aquí el grano de la paja. Y, aviso, ojo spoiler, termino apuntando a “la vieja guardia”, o vacas sagradas (como se les suele llamar en estos casos), para señalarles como parte del problema.

Que haya jóvenes con talento, o aparente talento, en el Real Madrid y que no triunfen, entra dentro de lo normal. Es lo que tienen los jóvenes, que llaman la atención, pero no todos llegan a consagrarse y menos en un equipo del máximo nivel.

Si en vez del Real Madrid habláramos del Valencia, del Getafe o, incluso, del Sevilla… sería mucho más fácil que estos mismos jóvenes contaran con minutos y dieran el nivel esperado, o incluso más. Porque el nivel que se espera en esos clubes es inferior al que se espera en el Real Madrid.

Lo que es una temporada buena para el Getafe o el Sevilla, es un fracaso para el Madrid. Y esa vara de medir que se aplica al equipo como equipo, se traslada al rendimiento personal de cada jugador. Vinicius, con su nivel actual, sería la estrella absoluta del Getafe. Pero en el Madrid se le exige más.

Ahora bien, una vez que hemos puesto el marco de referencia, la pregunta es: ¿pero de verdad es normal lo que está pasando con los jóvenes en el Madrid? Y la respuesta es: no. No es normal. Algo raro está pasando y va más allá de las decisiones de Zidane. Pero miremos los casos individualmente.

Empezamos con los de Reguilón y Achraf, que son dolorosos porque el Madrid no anda sobrado de laterales y estos son los canteranos que más proyección han demostrado tener. Pero son casos entendibles: Con la contracción de las economías futbolísticas por la pandemia, Reguilón y Achraf dejaban un buen dinero en caja. Además, no se han mostrado furibundamente interesados en seguir en el Real Madrid. En cuanto a Achraf, era él quien deseaba marcharse ante un aumento suculento del sueldo y la promesa de Conte de ser titular. Por tanto, por muy doloroso que sea, el caso de Achraf no tiene nada de raro o de mal gestionado. Prefieres ganar más pasta y la titularidad inmediata en un equipo que a día de hoy está un par de escalones por debajo del Real Madrid, a luchar por formarte una carrera vestido de blanco. Ahí no hay nada que hacer. Es su decisión y no es mala del todo. Si el chico realmente lo vale, en un par de años el Madrid volverá a fijarse en él. Acordémonos del caso de Cesc Fábregas y cómo, tras triunfar en el Arsenal, el Barça no dudó en soltar billetes por él.

Lo de Reguilón es un poco más turbio: A Zidane no le entró nunca por los ojos. No le gusta y punto. Puede que Lopetegui y Mourinho estén equivocados, pero choca que estos dos entrenadores tengan una visión tan distinta a la de Zidane. Además, aquí hay un problema añadido. Zidane apostó por Mendy. El Madrid lo fichó por petición de su entrenador, por lo que el puesto titular ya está ocupado. Respecto al suplente, ni Zidane ni el club se han mostrado contundentes a la hora de hacer que Marcelo se marche. Al revés, Zidane sigue dándole oportunidades. Con lo cual, no queda espacio para un tercer lateral izquierdo y Reguilón se queda fuera. Malo. Pero hasta cierto punto puede llegar a entenderse, que no justificarse. Más aún si el chico deja un buen pellizco en caja, como ha sido el caso.

Los asuntos de Ceballos, Mayoral y Brahim, se enmarcan en lo que dijimos al principio: no vale con tener cierto talento, o cierto nivel. El Madrid exige mucho más de lo que estos chicos son capaces de dar. Quizá Brahim pueda llegar a valer para el Madrid, pero a día de hoy necesita hacer mucho más. Sin embargo, Ceballos y Mayoral están muy lejos del nivel que se requiere en la Casa Blanca. Y ya tienen unos añitos. Le pasa algo similar a Mariano, que habría tenido una buena carrera si no hubiera vuelto al Madrid, a calentar banquillo durante años. El nivel de todos estos jugadores es válido para equipos que están uno o dos escalones por debajo de lo que se exige en el Real Madrid. En una delantera por la que han pasado Hugo Sánchez, Zamorano, Suker, Van Nistelrooy, Ronaldo Nazario, Raúl, CR7 o Benzema… ¿Tienen cabida Mayoral o Mariano? Seamos serios…

Todos los casos comentados hasta ahora pueden ser criticables o no, pero, a mi entender, entran dentro de cierta normalidad y no hay que encender ninguna alarma por ellos.

Lo que a mí me enciende las alarmas y me hace temer que algo raro pasa con los jóvenes en el Madrid son los casos de Jovic, Odegaard, Vinicius y Valverde. Ahí sí que ocurren cosas para mosquearse.

Vamos con Jovic: el Madrid apostó muy fuerte por él. Pagó 60 millones porque Zidane lo quería. El propio Zizou ha dicho que lo fichó él.

Sin embargo, el propio Zidane apenas le ha dado oportunidades. No ha apostado casi nunca por el serbio y, cuando lo ha hecho, el serbio no ha respondido.

Podríamos pensar que Jovic es un bluff y que Zidane se equivocó. Pero resulta que en cuestión de fichajes, Zidane se equivoca poco y que Jovic cada vez que se enfunda una camiseta que no es la del Madrid, marca goles. Y no, no ha tardado dos o tres meses en volver a marcar goles. No. Es algo inmediato: en cuanto se pone una camiseta que no es la blanca, pum, gol. Obviamente, Jovic sigue siendo el mismo goleador que sedujo a Zidane. Y si está en forma, está en forma. Y si está fuera de forma, está fuera de forma. Pero no puede estar en forma y fuera de forma a la vez. Por eso resulta tan extraño que esté con el Madrid y juegue poco y lo haga mal. Y de pronto, se va con Serbia y en tres partidos, dos goles y una asistencia. Vuelve al Madrid y no juega ni un minuto. Se va al Eintracht y en tres ratitos que ha jugado, tres goles. 6 goles participados en 346 minutos. Un ciclón con otras camisetas, al mismo tiempo que en el Madrid jugaba poco y mal.

Con estos hechos delante, no hay porqués para pensar que Jovic fuera un bluff, ni que su fichaje fuera un error. Pero por algún motivo misterioso, Jovic, de blanco, no se ha comido un colín. Y con sus declaraciones recientes, afirmando que ha dejado de estudiar español, da la sensación de que no tiene muchas ganas de volver a vestir de blanco. Como si no viera posibilidades de triunfar aquí. Desde luego, huele mal. Pero podría ser un caso individual. Sin embargo, hay tres más.

Lo de Vinicius también empieza a ser preocupante. Vini lleva tres temporadas exactamente igual, sin evolución visible. Entra y sale del once, intercalando buenas y malas actuaciones. Es decisivo en partidos importantes y un desastre en otros muchos… Y en los últimos meses juega menos. Las estadísticas nos dicen que no ha ganado gol, aunque parecía moverse mejor cerca del área y sus tiros durante un tiempo ya no se iban al quinto anfiteatro… Pero ha ido dejando de contar y se le ve sin confianza. Apenas intenta el regate, que es su fuerte.

Por lo que sabemos, Vinicius no es un cabra loca, ni descuida su preparación física. Todo lo contrario, está siempre dispuesto a aprender, se cuida y trabaja para mejorar. No hay, entonces, ningún motivo que explique, desde el propio Vini, su nula evolución. La explicación tiene que ver con algo externo a él, con el club, o la situación de la plantilla, o Zizou, o… Como ocurre con Jovic, centrándonos en el jugador no hayamos respuestas. Vini tiene el talento, el físico, el trabajo y el entorno necesarios para triunfar. Y además ya lleva un tiempo aquí… ¿Por qué no avanza? Misterio…

Seguimos con otro caso flagrante, el de Valverde. Más aún que los anteriores.

El año pasado era un jugador importantísimo en el 11 del Madrid. Sus ausencias coincidían con grandes bajones en juego y resultados del equipo. Parecía un jugador consolidado, pero…

Este año Modric está a un gran nivel y por eso Zidane le da más minutos. Es comprensible. Pero Valverde no ha pegado ningún bajón. ¿Por qué de repente ya no juega prácticamente nada? Zidane podría rotar. Tal y como está configurado el equipo, Valverde puede sustituir a Casemiro, a Kroos y a Modric. Es verdad que no juega igual que ninguno de ellos, pero el equipo ha demostrado funcionar con Valverde y dos de los otros tres, sean los que sean los elegidos. Todas las combinaciones funcionan. El propio Zidane las ha probado y le han funcionado. ¿Por qué ahora ya no? Si Valverde, cuando sale, lo sigue haciendo bien… Tampoco se explica.

Y finalizo con el caso de Odegaard, el que para mí ha encendido todas las alarmas. El caso de los casos.

El noruego se trazó un plan de crecimiento futbolístico personal, fuera del club blanco, entre cesiones en diversos equipos. Pretendía llegar al Madrid con un cierto renombre y acumulación de minutos de vuelo en el fútbol de élite.

En ese plan, le quedaba un segundo año por jugar en la Real Sociedad. La temporada pasada había sido, al menos la primera mitad del campeonato, uno de los mejores jugadores, no solo de su equipo, sino de toda la Liga. Y cuando digo “de los mejores” me refiero a uno de los cinco mejores. Y sé que esto implica que fue mejor que casi cualquier jugador del Madrid en ese tiempo. Luego llegaron los problemas físicos, la pandemia… Pero el chico ya se había ganado un estatus.

Parecía maduro para jugar en el Madrid y disputarle la titularidad a Kroos y a Modric. Pero, aun así, él quería seguir en la Real Sociedad y asentarse del todo como el crack que es. Sin embargo, Zidane se empeñó en que se quedara en el Madrid y se quedó.

Zizou le dio minutos en las primeras jornadas, pero Odegaard no brilló. Como casi nadie, todo sea dicho. En aquellos primeros partidos el Madrid no fue precisamente un reloj en el que la única pieza que no encajaba era el noruego… No. El Madrid fue un desastre en todas o casi todas sus líneas. Pero el noruego (y Jovic) fue quien perdió su oportunidad. Otros siguieron gozando de la confianza del míster. Desde entonces, Odegaard ha ido jugando cada vez menos y, para mí lo más sangrante de todo, Isco le ha adelantado en las rotaciones. Isco jugando más que Odegaard, repito, por si alguien no se ha enterado. Isco, que lleva dos años y medio sin dar pie con bola. Isco, el que consiguió que España diera 1.000 pases ante Rusia, casi todos en horizontal y sin generar absolutamente nada de fútbol. Isco, ya le conocen: gesto técnico de mucho nivel + pase al rival. ¿De verdad ha de tener más oportunidades Isco que Odegaard? ¿De verdad Isco está mostrando más nivel que Odegaard? ¿De verdad Isco tuvo alguna vez la mitad de talento que Odegaard? La respuesta a todas las preguntas es obvia: No.

Por tanto, no hay ninguna explicación futbolística para la situación del noruego. Y el noruego lo ve. Porque entrena cada día con la plantilla. Lo ven todos. ¿O acaso no perciben los jugadores quién tiene talento y quién no, quién está en forma y quién no? Entrenan todos los días juntos. Lo ven cada día. Y a mí no me extraña que Odegaard haya pedido irse. Habrá pensado: “Si los demás están a un gran nivel y yo no, puedo entrenar duro y tratar de superarles… Pero, ¿cómo compito con un jugador que juega peor que yo, que está en baja forma, que no aporta nada y que aun así juega más que yo? ¿Qué posibilidades tengo, si siendo mejor que Isco en absolutamente todo, tengo menos minutos que él? Imposible ganarse un puesto aquí.” Y se ha ido.

Pero, ojo, la elección del Arsenal es peligrosa. Si Jovic ha dejado de aprender español, lo que nos da a entender que está pensando en no volver, con Odegaard pasa algo parecido. Si el año pasado Odegaard quiso ser cedido a un equipo español, era por demostrar su valía en la misma liga que el Madrid. Quería estar delante de los ojos de Zidane y de los dirigentes madridistas. Que se viera su fútbol en España.

Ahora, pudiendo volver a la Real Sociedad, elige la Premier. Allí, quienes le van a poder ver de cerca no son los dirigentes madridistas, sino los dirigentes del Liverpool, del City o del United. Y esto puede ser una pista acerca de cuál es el futuro en el que está pensando Odegaard. Y si estas sospechas me surgieron cuando me enteré de que se marchaba a la pérfida Albión, han ido creciendo con las declaraciones del propio Martin y de su nuevo entrenador. Uno ha dicho que es un sueño cumplido jugar en el Arsenal y que la Premier es la mejor liga del mundo (no recuerdo que dijera eso de la Real Sociedad, ni de la liga española, Odegaard no es Morata). Y el otro ha hablado de su deseo de quedárselo más allá de la cesión. ¡Y aún no ha jugado ni un minuto!

Es evidente que en estos cuatro casos, Zidane está gestionando las cosas mal. Pero también es evidente que algo pasa en el vestuario del Madrid, que escapa al control de Zizou. Porque no es normal que Jovic y Odegaard estén pensando en construir un futuro lejos del Bernabeu, sin plantearse que Zidane, probablemente, no continuará en el banquillo el año que viene. Como si un más que posible cambio de técnico les diera igual. Además, Odegaard y Jovic son jugadores que estaban aquí por deseo expreso de Zidane, lo que hace que sea como mínimo extraño que el francés pierda su confianza en ellos tan fácilmente. Así que algo más está pasando. Y mis ojos se van hacia la vieja guardia, hacia las vacas sagradas. Y me temo que algo relacionado con las jerarquías, los núcleos duros, y esas cosas internas de los vestuarios, están afectando al rendimiento de los jóvenes. Y me acuerdo de las palabras de Benzema en el túnel de vestuarios, diciéndole a Mendy que no se la pasara a Vinicius… Anécdota, sí. O no… ¿dice eso Benzema de Isco cuando éste bate récords de pases al rival, afirma cosas así de Marcelo cuando su presencia desconfigura a todo el equipo…?

Y si apunto a la vieja guardia es porque, sinceramente, no creo que el problema del vestuario del Madrid, que digo que va más allá del propio Zidane, sean Betoni o Chendo… Y si a esto le sumamos que a veces me da la sensación de que los jugadores veteranos “no ven” los desmarques y las líneas de pase que les ofrecen los jóvenes… Algo huele mal, muy mal, ahí dentro.

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