Del “Big Three” del fútbol español sólo el Madrid se mantiene en su sitio. El Barça, previsiblemente, y el Atleti, sorprendentemente, se han hundido. El Madrid, que a mí aún me deja dudas, marcha líder en Liga, se clasificó sin grandes problemas para octavos de la Champions, ha alcanzado los cuartos de final de la Copa del Rey y ha ganado la Supercopa de España, el menos valioso de todos los títulos, a pesar de su supernombre. En definitiva: el Madrid está vivo en todas las competiciones y ha ganado la única que se ha jugado completa. Esto no significa que vaya a realizar una gran temporada, ni mucho menos. Significa que está haciendo lo que se espera de él: Competir por todo.

El hundimiento del Barça está siendo enorme, pero era previsible. La marcha de Messi y Griezmann le restaba 50 goles de una tacada, a un equipo que tenía gol, pero no tanto como para permitirse perder medio centenar de una temporada para otra. De hecho, con los goles de Messi y Griezmann sólo lograron quedar terceros en Liga. Sin esos 50 goles, lo previsible era que su temporada fuera peor y peor que terceros es penar por entrar en Champions, su situación actual. Además, en fútbol la pérdida de poderío ofensivo suele quebrar la solidez defensiva y la falta de solidez defensiva suele lastrar el poderío ofensivo. La explicación puede ser que si atacas más y mejor, tu rival te atacará menos y peor; y que si defiendes mejor tu rival tendrá que arriesgar más para poder marcarte… Podría ser esa, o podría ser otra, como que, por ejemplo, si pierdes tres a dos, nadie se fijará en que hiciste dos goles, sino en que no fuiste capaz de marcar más que tu rival. Mientras que si marcas esos dos mismos goles, pero no encajas ninguno, el público aplaudirá tu buen juego ofensivo. Y en la defensa igual, pero al revés. Es decir, que no se trata tanto de una pérdida real, sino que el valor de lo que haces en la faceta en la que aún eres fuerte, se diluye por la debilidad en la otra faceta. O puede ser una suma de factores lo que explique la relación entre pérdida en ataque y pérdida en defensa. El caso es que falta de puntería arriba y drama atrás, suelen ir de la mano. El Barça ha perdido mucho gol y da la sensación de que cualquiera puede marcarle. Lo cierto es que va camino de encajar más de 40 goles en Liga, cifra que no se daba desde la temporada 2012-2013. Pero también es cierto que, desde entonces a esta parte, la cantidad de goles encajados ha estado cerca de ese número en algunos momentos, 38 las dos últimas temporadas. Así que tampoco es que la falta de talento arriba haya agrandado demasiado el problema atrás, a pesar de que dicho agrandamiento existe.

Antes de dejar el Barça quiero acordarme de lo que ocurrió en la Supercopa con esa euforia inflada artificialmente tras haber perdido por poco ante el Madrid. Lo comentaba en el artículo que escribí hace unos días: la realidad se impone. El Barça no ha curado ninguno de sus males perdiendo por poco ante el Madrid. Ni los canteranos son cracks por el mero hecho de que ahora no puedas fichar. Messi no surgió en un Barça en crisis, Messi apareció en el Barça de Ronaldinho, Eto’o y Deco. Los cracks de la cantera surgen cuando surgen, no cuando lo necesitas. Gavi no será un crack porque los culés lo deseen con fuerza. La cosa no funciona así.

La realidad, como decía en ese otro artículo, se impone. Y la realidad es que Xavi, tras la misma cantidad de encuentros jugados que Koeman, tiene las mismas victorias, un empate más y solo una derrota menos. Prácticamente igual que el holandés. Con la diferencia de que, de las 5 victorias de Xavi, las 2 primeras vinieron precedidas de una gran polémica arbitral y la última fue un triunfo agónico contra un “segunda B”. Así que no, Xavi y su relato no han mejorado al equipo en nada.

Y del predecible hundimiento del Barça a la sorpresa que nos ha dado el desvanecimiento del Atlético de Madrid. Es un equipo deshecho, que está en una situación ligerísimamente mejor que la de los culés, pero ligerísimamente. Si el Barça fue eliminado en su grupo de Champions, el Atleti pasó de fase por los pelos. Si el Barça tiene tan solo 32 puntos en Liga, el Atleti tiene 33. Si el Barça ha sido eliminado de la Supercopa y la Copa, el Atleti también…

El Atlético era el Campeón de Liga, pero ya la temporada pasada, a pesar del título, dejó síntomas preocupantes. Había hecho una primera vuelta de récord: 50 puntos. Sin embargo, la perseverancia del Madrid y los primeros síntomas de hundimiento del propio Atleti, que sólo hizo 36 puntos en la segunda vuelta, mantuvieron la Liga viva hasta la última jornada. El que fueran campeones y recuperaran a Griezmann nos hizo pensar a todos que este Atleti era el favorito para alzarse nuevamente con el título. Pero nada más lejos de la realidad. Los 50 puntos de aquella primera vuelta fueron un espejismo. La realidad vendría después. Y si la segunda vuelta de los rojiblancos hizo que el Madrid se quedara a un penalti, literalmente, de arrebatarles el título, en esta van aún peor. Porque si hundimiento es hacer 36 puntos en 19 jornadas, peor es hacer 33 en 20.

Llama la atención que en el Atleti no haya ni la mitad de alarma que en el Barça. Quizá por falta de autoexigencia. Da la sensación de que un gran logro un año, justifica otro u otros dos años mediocres. Sin embargo, el Atleti estaba acostumbrándose a que sus temporadas mediocres equivalieran a quedar terceros y esta no tienen nada claro que vayan a acabar entre los cuatro primeros. Pero no parece que salten las alarmas.

Finalmente quería hablar del Madrid. Yo todavía tengo mis dudas. La gran suerte de Ancelotti, aparte del hundimiento de los rivales habituales, es que Vinicius lleva 15 goles y 9 asistencias, números mucho mayores que los que hacía con Zidane. Esa diferencia es la que hace que el Madrid esté mejor que con el francés y que Benzema también haya incrementado un poco su promedio goleador, con respecto al año pasado. Y a base de goles se olvidan las penas. Pero sobre este equipo planea la sombra de la duda. Los suplentes no están dando la talla. Surgen voces que reclaman un mayor nivel a Valverde, un jugador hasta anteayer de consenso, porque todos estábamos de acuerdo en que era bueno. Y al objeto de estas críticas (probablemente justificadas) se suman a día de hoy a otros jugadores que también son de consenso, pero de consenso negativo, porque nadie duda de que no están para jugar en el Madrid.

Son los Hazard, Isco, Mariano, Marcelo, Bale, Jovic… Hay demasiados jugadores que no rinden al nivel de lo que es el Real Madrid, ni como suplentes. Y, además, hay algunos que llevan mucho tiempo en el club, a pesar de su escaso nivel. Cuando Raúl o Roberto Carlos se fueron del club, ni llevaban tantas temporadas rindiendo tan poco, ni su rendimiento fue tan bajo. El primero, por poner un ejemplo, en su última temporada hizo sólo 7 goles. Pero en la anterior había hecho 24, entre todas las competiciones. Y Roberto Carlos, en su última temporada, se dio el lujo de marcar un gol clave, apareciendo a la carrera en el área rival tras un contragolpe en el tiempo de descuento (jornada 35, contra el Recreativo de Huelva), que permitió que el Madrid acabara ganando aquella Liga. Lo que ejemplifica su nivel físico justo antes de irse.

Roberto Carlos y Raúl son dos ejemplos, pero hay muchos otros. Los jugadores, cuando perdían nivel, se marchaban del equipo. Da igual que se tratara de estos dos, los verdaderos estandartes de aquel lustro de las tres Champions, o que se llamaran Zidane, Beckham, Ronaldo Nazario… Cuando empezaban a decaer, se marchaban. No se arratraban durante años por el campo.

La agonía inacabable de los Bale, Marcelo, Isco y, si me apuras, Hazard, es algo nuevo, algo desconocido por mí. De los tres primeros, especialmente Bale y Marcelo, muchos dicen que son leyendas del club y que su mal rendimiento estas últimas temporadas no empaña aquello. Yo creo que sí. Es que no se trata de un par de temporadas flojas o regulares. Se trata, con esta, de cuatro temporadas infames, no regulares, no flojas, ni flojillas. Infames. Y no se trata de uno o dos años. Se trata de cuatro años. Hazard va por el tercero. Y Mariano, nunca ha sido titular con el Madrid, no tiene pinta de que vaya a serlo y, aun así, permanece en el equipo, año tras año… enterrando su carrera como futbolista. En Jovic he perdido toda esperanza, pero aún es joven y puede encontrar su hueco en algún otro equipo.

En tal tesitura, Ancelotti tira de titulares y poco más, porque en el banquillo hay pocas opciones. El problema es que los Benzema, Modric y compañía tienen una edad y muchos tememos que terminen reventando. El mismo Vinicius da bastantes señales de no estar tan fresco como hace unos meses.

He ahí las dudas que me deja este Madrid. Si su 11 titular (cuyo tridente estaría formado por Vinicius, Benzema y Rodrygo) está en plena forma, puede ganar a cualquiera. Incluso al Bayern o al City. Pero esperar que ese 11 titular se mantenga incólume e incansable toda la temporada es esperar una anomalía que normalmente no va a ocurrir. Por eso se necesitan buenos banquillos. Y si Ancelotti mira al banquillo, lo que ve es esa colección de jugadores que hace mucho, mucho, mucho tiempo dejaron de ser mínimamente competitivos.

Si el bloque principal del equipo logra mantenerse en forma con algunos pequeños descansos con Asensio y Camavinga entrando de cuando en cuando, el Madrid ganará la Liga y quién sabe qué más. Ahora bien, si ciertos jugadores pierden su estado de forma el equipo se puede hundir. Ya hemos visto lo que pasa si Vinicius y/o Benzema no están inspirados…

Eso sí, de momento el Madrid es el único equipo del Big Three que no está haciendo el ridículo. Y el presente es lo que existe. El futuro está por construir.

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