Dije hace un par de meses que el Barça no iba a mejorar, porque viendo de dónde viene el club y la materia prima con la que cuenta, era algo imposible. También advertí de lo cansinos que eran los titulares cada vez que los blaugrana ganaban. Recuerdo uno de Marca, cuando los culés ganaron a la peor Juventus que he visto en mi vida, con el añadido de que Cristiano Ronaldo no jugaba, que Dybala se marcó uno de esos partidos que explican por sí solos por qué, a pesar de su calidad, nunca está en la lista de la compra de los grandes de Europa y que Morata se marcó un hat-trick en fuera de juego. Un partido que el Barça, con todo, fue ganando por la mínima hasta que en las postrimerías del encuentro, un penalti absurdo de la Juve, que ya jugaba con 10 por una expulsión más absurda aún (fue una de las jugadas más estúpidas del año), sirvió para cerrar el encuentro por 0 – 2. El titular fue un ostentoso: “El Barça presenta candidatura” a la Champions, ni más ni menos. A competir contra los grandes de Europa por ser el menos malo de un partido lamentable.

Pero es que lo que siguió después siempre fue lo mismo: alabanzas cuando los culés ganaban a un equipo mediocre (Pedri el nuevo Zidane, y Messi vuelve a su mejor versión, Griezmann demuestra lo que vale…) y críticas cuando les tumbaba alguien de cierta enjundia.

Para que nos hagamos una idea de la situación real: los equipos más importantes de la última década en España son el propio Barça, el Real Madrid, el Atlético de Madrid y el Sevilla rey de la Europa League. Pues bien, los culés empataron con el Sevilla y perdieron contra los equipos madrileños en Liga. En la Copa la semifinal de ida contra el equipo andaluz lo perdieron por 2 – 0, lo que les deja muy pocas opciones para el partido de vuelta. Total: 0 victorias, 1 empate y 3 derrotas ante los grandes de España.

En Champions, por su parte, el equipo más fuerte al que se habían enfrentado era la Juventus. Que, digámoslo, está muy lejos de ser un equipo potente en Europa. De hecho su situación es muy similar a la del Madrid y el propio Barça a día de hoy. Si bien los culés ganaron el partido de ida en las circunstancias que hemos comentado, en la vuelta, cuando la Juve levantó un poco el nivel, y con CR7 sobre el campo, les metieron 3 a domicilio.

La remontada ante el Granada hace un par de semanas, en Copa, fue absolutamente engañosa. El Granada es un equipo que estaba luchando en tres competiciones, Liga, Europa League y Copa. Algo excesivo para las piernas de los granotas. Y eso se notó. El equipo se vino abajo y, ante un rival sin piernas, los blaugranas se hincharon a marcar goles.

En cuanto a la buena racha que venían acumulando en Liga: ya advertimos en su día lo que iba a pasar. La capacidad de sacar puntos del Barça dependería del nivel de los equipos medios del campeonato. Si estos estaban fuertes o débiles, ni al Madrid, ni al Atleti les afectaría tanto como a los culés. El Barça es un equipo que depende, mucho más que la mayoría, del nivel del rival, a la hora de poder desarrollar su juego. ¿Por qué se da esta circunstancia? Principalmente por tres motivos: Por un lado, los culés tienen un núcleo de jugadores de calidad y oficio pero sin piernas para un partido de máxima exigencia. La vieja guardia, que (salvo Isco y Marcelo) físicamente está peor que la del Madrid. En segundo lugar, en esto sí que se parecen al Madrid, los jóvenes están muy verdes aún. Ante rivales mediocres los chavales pueden imponer su talento. Pero no ocurre lo mismo si sus oponentes demuestran tener un nivel alto. Finalmente, y no menos importante, la diferencia de nivel entre la delantera y la defensa. No hablo simplemente de “defensores” y “atacantes”, sino de la capacidad de marcar goles y la de evitarlos. El único jugador culé con gran nivel para evitar goles rivales, a día de hoy es Ter Stegen. El resto, con la incógnita de cómo volverá Piqué (que me genera muchas dudas), no son grandes defensores (pensemos en los laterales de la plantilla, todos atacan mejor de lo que defienden).

El ataque es el punto fuerte. El Barça no destaca entre los grandes de Europa por el nivel de su delantera, pero en España sí. Es el equipo con más facilidad para el gol. Messi jugará andando, pero si te descuidas todavía te hace un roto. De Griezmann dirán lo que quieran pero ya nos gustaría en el Madrid que el segundo delantero más letal del equipo tuviera los números del francés (10 goles y 7 asistencias entre todas las competiciones a día de hoy). Los Dembelé, Ansu Fati, Trincao… Tienen más gol que los Vinicius, Rodrygo y… ¿Asensio?

Por tanto, al Barça le pones enfrente un equipo mediocre y su delantera se lo come. Ahora bien, le pones un equipo bien plantado y los devorados son los culés.

Esto, que esta temporada es tan palpable, no es un mal de ahora. Esto es lo que viene ocurriéndole al equipo, cada vez de forma más acentuada.

De Messi estamos empezando a escuchar ahora las primeras críticas y las primeras dudas. Como si el argentino no llevara ya tiempo en la cuesta abajo (y aquí también lo comentamos en su día, demostrado con cifras).

Por cierto, Messi es un buen termómetro para medir los síntomas del Barça. Sólo hay que mirar a quiénes marca y a quiénes no.

Así que con todo esto llegó el PSG, sin Di María y sin Neymar, pero con Mbappe, Verrati, Kean y otros cuantos. Y guantazo en la cara que te viste de torero. Y queda una vuelta para la que ya he visto varios aficionados culés pidiendo no presentarse: “Que nos den por perdido el partido por 3 a 0, que será mejor que lo que ocurra en el campo.”

La cosa es que de donde no hay no se puede sacar. Con las victorias culés en Liga se ha ido vendiendo la moto de que el Barça estaba mucho mejor de lo que estaba y de que Messi cada vez era más Messi. Nada de eso va a pasar mientras la biología siga siendo biología. Otra cosa es que el nivel medio de la Liga española haya bajado tanto que baste con tener jugadores con gol, para ganar la mayoría de los encuentros.

Pero a toda la distorsión periodística en torno al Barcelona F.C. faltaba unirle la distorsión generada en torno a Mbappe. Muchos decían que sólo sabe correr. Que se había estancado. Que Haaland era mejor (también escribí un artículo, apoyándolo en números, que desmentía tal cosa: “No, actualmente Erling Haaland no es superior a Kylian Mbappe). En fin, una serie de chorradas sin fundamento que a base de repetirlas habían llegado a calar en mucha gente.

El partidazo que se marcó el crack francés, propio de su nivel, ni más ni menos, ha provocado una serie de reacciones absurdas, que dan a entender que muchos descubrieron a Mbappe en el partido ante el Barça.

A Kylian le pusieron delante la defensa de risa que tienen los blaugrana e hizo lo que quiso. Claro. ¿Qué otra cosa podía pasar?

Por eso sorprende tanto ver a periodistas y supuestos expertos en fútbol hacer comentarios y escribir artículos diciendo: “Pues ahora el PSG no va a querer venderlo…”, como si antes sí quisiera. Destaco, entre otros, a Jorge Valdano. ¿Cómo puede alguien tan de fútbol como él estar tan fuera de bolos? Valdano, ¿de verdad te has dado cuenta del nivel de Mbappe ahora?

Llama la atención todo lo que se ha escrito al respecto, con estos descubridores de última hora. Pero ¿por qué se piensan que el PSG se gastó en su día 180 millones en fichar a un chavalín de 19 años, ofreciéndole un salario mucho más alto de lo que le podía ofrecer el Madrid? ¿Por qué lleva el PSG un año entero haciéndole ofertas de renovación a Kylian, poniendo obscenas cantidades de dinero sobre la mesa? ¿Por qué pensabais que en las oficinas del Madrid llevan tres años esperando una oportunidad para vestirle de blanco?

En fin, que ni la goleada al Barça es sorprendente, ni el nivel de Mbappe sorprende a nadie. A nadie que haya seguido un poco al Barça o a Mbappe. Los que hablan de oídas dejándose llevar por el último titular sensacionalista de la prensa sensacionalista, se habrán llevado un sorpresón. Y, pensando que los del PSG no saben lo que tienen en casa, que no ven a su propio jugador cada partido, cada entrenamiento… sino que acaban de descubrir, como ellos, la realidad de unos y otros, habrán dicho: “pues ahora, no querrán vender a Mbappe.” Claro que sí, valdanos de turno. Claro que sí. Como si hubiera habido algún momento en el que la postura hubiera sido otra.

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